Crisis mundial del agua

Nuestro mal llamado “Planeta Tierra” posee un mayor porcentaje de Agua que de tierra, por lo que, su importancia es bastante notoria. Más allá de esa obvia característica, el agua es realmente fundamental para el desarrollo de la vida, no sólo del planeta, sino de todos los seres vivos y ecosistemas que lo componen. Es por esto que en el siguiente artículo hablaremos acerca de la crisis mundial del agua y sus nuevos paradigmas.

Integrante nato de ecosistemas naturales, es la pieza más importante para poder sostener y reproducir la vida en nuestro planeta. Sin agua, ningún proceso biológico podría existir. Por lo tanto, es el bien de primera necesidad y el más imprescindible para el desarrollo del medioambiente. A su vez, interviene en los procesos de todos los seres vivos al mismo tiempo que forma el hábitat de una gran variedad de ellos.

El Ciclo del Agua y su alteración

El sol calienta el agua de los océanos y ese vapor se convierte en nubes y lluvia. Para que esto suceda, debe tener un núcleo de condensación. Principalmente, uno de estos núcleos, son los microorganismos higroscópicos producidos en la parte inferior de las hojas de los árboles. Alrededor de estos microorganismos el vapor de agua se condensa en líquido, y asciende formando nubes y luego lluvia.

El agua de lluvia se infiltra en el suelo y corre a través de las napas subterráneas, subiendo su nivel y alimentando lagos, ríos, y arroyos, manteniendo el agua fresca y pura. Luego, el agua desemboca en los océanos, comenzando nuevamente el ciclo. Se trata de un ciclo de respiración viviente llamado bomba biótica.

Pero ¿qué hicimos como especie? Talamos bosques, removemos la tierra, llenamos todo de cemento, drenamos los humedales o los rellenamos con basura, dejamos la tierra desnuda para la agricultura, construimos ciudades con redes de tuberías que drenan el agua fuera de la zona. Todo este accionar degrada lentamente el ciclo del agua.

El suelo queda compacto y seco. No puede absorber nada de agua, por lo que el agua cuando golpea simplemente se va, generando erosión e inundaciones en zonas inferiores. Todos los sedimentos arrastrados van hacia los ríos y pensamos que están obstruidos, entonces los dragamos para tener mayor profundidad, pero esto reduce el nivel freático de todo el ecosistema.

El sol calienta la superficie, aumenta la temperatura y crea domos de alta presión que no permiten ingresar la humedad de los océanos. En algún momento las nubes presionan tanto que ingresan a continente y descargan una gran cantidad de agua en poco tiempo, generando grandes inundaciones. A pesar de haber inundaciones, el agua no se infiltra porque el suelo está compacto y muerto. Esto genera el descenso de la capa freática.

Los ríos, arroyos y lagos comienzan a secarse, los peces no tienen suficiente oxígeno. Nuestra especie perfora el suelo muy profundamente en busca de agua, pero esto sólo incrementa la tasa de desertificación. Es decir, en algún momento se acaba, si el agua no se infiltra.

Luego vienen las sequías, aparecen los incendios, las producciones de alimentos fallan, y queda un ambiente desértico en donde solía haber un suelo rico en nutrientes.

Esta es la generación del cambio climático, climas extremos: lluvias abundantes, sequías prolongadas, incendios. Sucede en todo el planeta.

Crisis mundial del agua

Ciclo del Agua

Por eso, nos urge, y es realmente necesario, realizar un cambio de paradigma, llegar a una nueva forma de visualizar la utilización del agua de manera particular, para poder modificar la manera general. Así mismo, debemos acompañar esa concientización con el cuidado del medioambiente: con una ley de humedales, con una reducción del consumo, de la basura (¡compostar es la clave!), con un mejor uso de los recursos, con un cuidado excesivo del agua que utilizamos, planificación de asentamientos y ciudades con respecto del ciclo del agua, decrecimiento energético…y la lista sigue.

En varias partes del mundo han empezado a poner en funcionamiento fórmulas para revertir esta situación, por lo que se están conformando eco-villas, o acciones que tengan como objetivo la rehidratación de la tierra, la reutilización del agua de lluvia, la generación de más espacios naturales, verdes y reforestados. Muchas asociaciones fomentan la plantación de árboles en todo el mundo. Aunque no lo creas, es fundamental para que el ciclo del agua siga su curso y podamos combatir el cambio climático que funciona como nuestro peor enemigo a nivel mundial. Necesitamos cuidar el agua, mantenerla en el suelo para que la vegetación pueda volver a crecer, oxigenar y fomentar el ciclo hídrico.

Paisajes de Retención de Agua como solución

Una forma de volver el agua al suelo para reparar su movimiento, es mediante los “Paisajes de Retención de Agua”, que se trata de espacios de retención interconectados, de diferentes tamaños, en donde el agua de lluvia se acumula en una presa totalmente natural. Se sellan con una capa de arcilla para que el agua, constantemente, pueda penetrar en el cuerpo de la tierra. De esta forma, logramos sanar nuestro espacio, generando el escenario ideal para que plantas y árboles vuelvan a crecer y forestar la zona. El precursor de este método es Sepp Holzer, austríaco, agricultor, autor y consultor internacional para la agricultura natural. Te dejamos su sitio web donde encontrarás más explicación sobre este método.

El primer paso fundamental que debemos dar, es el de revertir nuestra forma de ver a la naturaleza, tomarla como lo más importante para nuestra existencia, amarla y respetarla, tratarla como lo que es: sagrada. Simplemente, sin ella no podemos seguir el curso de nuestra vida. Cuanto antes empecemos, antes veremos los cambios, que sin dudas van a ser inmediatos, porque la naturaleza no tiene tiempo, es más sabia y más fuerte.

Debemos aprender a pensar de manera natural, prestando atención a los procesos de la naturaleza. Ahorrar agua es nuestra urgencia actual, por lo que, podemos empezar ahora mismo teniendo en cuenta estos cuidados:

  • Cerrar la canilla al lavarnos dientes y manos.
  • Lavar nuestras verduras en una olla, sin necesidad de dejar el agua corriendo mientras tanto.
  • Chequear que en ninguna canilla quede goteando (no te das una idea la cantidad de agua que se puede perder de esta forma!).
  • Usar reguladores en las canillas.
  • Llenar más el lavarropas antes de ponerlo a funcionar, en vez de hacer lavados chicos, y de esta forma, generar menos ciclos de lavado a la semana.
  • No jugar con el agua y preservarla.
  • En caso de ser posible, recoger agua de lluvia para regar las plantas de interior.
  • Ducharnos en vez de tomar largos baños.
  • Elegir equipos de uso hogareño que tengan un diseño de ahorro de agua, además de ahorro de energía.

De seguro, si implementamos estas actitudes, sumadas a las que venimos comentando en nuestras notas, vamos a ahorrar miles de litros de agua por día y repararemos el daño que le causamos a nuestro planeta.

Salvar a nuestro mundo es responsabilidad de todos/as. Conectemos con la sabiduría de la naturaleza, reduzcamos nuestro impacto negativo y aumentemos el impacto positivo que podemos brindar a nuestro hábitat.

Empecemos hoy, concientizando y mejorando nuestra actitud hacia nuestra madre tierra.

Te compartimos un video que vale la pena mirar y compartir. Es la fuente principal de este artículo: